A River se le complicó hacer pie en la alfombra gastada de Juan Aurich: se hizo casi imposible dominar la pelota, que picaba peor que una tarántula. Increíble...
De papi fútbol, o ni siquiera, tal vez más parecido al metegol o a un flipper. River jugó un partido inolvidable, y no es que haya jugado muy bien, tampoco salió 6 a 5, pero definitivamente no se olvidará por la cancha en la que jugó. Y por cómo se dio el trámite, sobre todo. Es que la alfombra sintética del estadio Elías Aguirre donde hace de local Juan Aurich hace que un partido de fútbol parezca aún más desnaturalizado que en el escenario de, por caso, la altura de Oruro en la que jugó River en su debut copero. Imposible dominar la pelota para los dos equipos, una bocha que picaba peor que una tarántula, que salta como si fuera una de las bolitas de plástico que sacan los niños en las maquinitas de los videojuegos. Y encima la pelota nueva para la Libertadores es casi playera... Imposible.
Acaso por eso la premisa de Gallardo en la previa al partido, en el reconocimiento de campo, fue practicar tiros desde afuera del área en los que la bola picara una, dos o tres veces antes de llegar a Barovero: para acostumbrar al arquero y para que Pisculichi y compañía tuvieran en cuenta que ésa era la manera: tocando por abajo iba a ser muy difícil. Y lo fue: muy pocas veces pudieron dominar la pelota y desprenderse de ella de primera o en menos de dos tiempos. Y como la premisa para los delanteros y volantes era patear desde afuera, para los defensores era despejar la pelota de una, sin dejarla picar. Pero el pique no fue el único de los problemas que se vio en el campo de juego por el que Dâ??Onofrio antes del partido elevó una queja formal a la Conmebol: a muchos jugadores, sobre todo a los de mayor despliegue como Sánchez y Kranevitter, se los vio bastante estáticos, se notaba que no querían arriesgar por el temor a quedar trabados y lesionarse. Es que a pesar de que la mayoría usó zapatillas tipo fútbol cinco (a excepción de Barovero, Balanta, Maidana y Vangioni que eligieron tapones de césped para estabilizarse atrás), el césped artificial no estaba acolchonado con caucho. ¿La única buena? Que no hubo casi nada de viento, un factor que hace a los partidos en este estadio todavía más caóticos...
Sí, todo fue raro: el campo de juego, el pique de la pelota. Lo que no parece tan extraño es que River otra vez haya perdonado tantas veces a un rival y que caiga bastante en el segundo tiempo...
sábado, 14 de marzo de 2015
River fiel a su mistica saca la calculadora
Mi nombre es Christian y actualmente estudio Computacon e informatica, tengo este blog, porque me gustan el diseño y sobre webs, espero disfruten del contenido de sitio y pueden informarse todo lo que puedan. .
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